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HOY, ME DECLARO LOCO PORQUE…

Si ser cuerdo es vender mi alma por dinero y traicionar mi propia ética, no entiendo qué valor tiene la cordura.

Si amar apasionadamente a los cuarenta y cinco como si tuviera quince, dispuesto a jugármela de nuevo como el primer día, si esto es de locos, yo me declaro loco.

Rechazo la cordura que implica aceptar que la costumbre es más fuerte que el amor. Si ser cuerdo es amar a medias y resignarse bajo el pretexto de ser realista, si es volverse gris y quejarse de todo pero no luchar por nada, me pregunto, de verdad, ¿para qué quiero ser cuerdo pudiendo ser loco?

Si cordura es aceptar lo políticamente correcto, callar cuando hay que alzar la voz, mirar hacia otro lado, no arriesgarse por nada ni por nadie, ¿para qué diablos vale la cordura?

Prefiero locura, prefiero que me patine la cabeza a perder ideales y sueños, yo no quiero aceptar roles impuestos, no voy a renunciar a ser protagonista de mi propia historia por satisfacer a otros. Yo prefiero declararme loco.

Si liberarme de todo lo que me impide avanzar, soltar personas, costumbres, estados mentales que me empujan a caminos que no son el mío…, si todo eso es estar mal de la olla, tengo que decirlo, es mejor ser feliz y estar jodidamente loco.

Si estoy delirante al sentirme atraído por lo difícil, aburrirme con lo fácil, buscar lo imposible y amar el riesgo… lo acepto, amo todos mis delirios.

Me diagnostico a mí mismo como zumbado porque sigo haciendo el amor con el alma abierta, a corazón desnudo, sabiendo que pueden partírmelo por la mitad, como tantas veces, pero sentirme vivo me compensa porque está en mi esencia morir y renacer.

En este baile de disfraces y máscaras, donde se valora tanto la posición social, el poder económico y la capacidad de influencia, yo estoy loco de atar porque sigo creyendo en el amor que brota de las almas incorruptibles.

Hoy, 29 de abril de 2024, me declaro loco.